Ambiente tranquilo y cosmopolita
A pesar de ser un pueblo pequeño, Santa Gertrudis cuenta con una gran personalidad. Te sorprenderá su ambiente bohemio y cosmopolita, que se mantiene tanto en verano como en invierno. Buena parte de la población vive de forma dispersa en los campos agrícolas de los alrededores, dedicados al cultivo agrícola y también a la cría de ovejas y cerdos. Por ello, merece la pena que dediques unos instantes a probar los embutidos y los quesos de producción local.
El edificio que más llama la atención es su iglesia, construida en el siglo XVIII y en la que destacan su espadaña, por ser la más grande de Ibiza, así como un retablo de madera y una escultura que representa al primer obispo de Ibiza.
Santa Gertrudis también ha sido, desde los años 70, punto de encuentro de hippies, artistas y todo tipo de artesanos que han encontrado aquí un auténtico paraíso.
En la actualidad, a pesar de su reducido tamaño, las callejuelas de esta localidad se encuentran colmadas de diversas tiendas de decoración y artesanía, sofisticadas boutiques, así como de una gran variedad de bares y restaurantes donde disfrutar de la rica y variada gastronomía de la isla. ¡Permítete disfrutar de una cena tranquila en la mejor compañía!

